viernes, 27 de marzo de 2009

Pingyao, un ejemplo de antigua ciudad han.

Pasear por Pingyao es como retroceder en el tiempo, algo que ocurre habitualmente cuando viajas por este país. Es una pequeña ciudad, y sus calles, los tejados, la arquitectura en general, todo nos hace sentir como si estuviéramos en una película de Zhang Yimou.





Se puede recorrer la ciudad caminando tranquilamente, sorprende el empedrado y la vida en la calle: la gente compra y vende alimentos, los niños van al colegio, la gente seca las verduras en las fachadas de sus casas, vida cotidiana que se hace especial a la vista cuando se rodea de esos edificios.







Nosotros llegamos desde Taiyuan, la capital de esta provincia de Shanxi, y entrar en este pueblo llevados por un motocarro a toda velocidad por las estrechas calles fue una gran experiencia y casi un viaje en el tiempo. Intentar evitar las grandes ciudades chinas y acercarse al mundo rural fue un acierto, todo es más personal y amable, y no falto de vida.


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