lunes, 31 de mayo de 2010

Nepal, la llegada a Kathmandú.

Cruzamos la frontera por el "puente de la Amistad", otro interesante paso fronterizo. Allí nos dejó nuestro conductor tibetano, en medio de una multitud de gente que cruzaba de un lado a otro, varios con problemas con la policía de la frontera (si les pillaban tiraban rápidamente la mercancía que cargaban y salían corriendo de vuelta). Desde aquí no es muy fácil llegar a Kathmandú, tuvimos que discutir un poquito para conseguir un sitio en alguna de las furgonetas que hacían el recorrido y, después, soportar un duro camino de baches y curvas en los que no sabías si era mejor dormir o sujetarte fuerte y estar atento para los golpes. Además, llegamos cuando la guerrilla maoísta, justo 2 días antes (noviembre de 2005), había atacado y matado a algún soldado nepalí, así que cada pocos kilómetros nos paraba un control del ejército controlando los pasaportes o los documentos de identidad de los nepalís que venían con nosotros.

Una vez en Kathmandú, nos instalamos en el hotel "Tashi Delek", en la zona de Thamel, repleta de mochileros y todo lo que conlleva de tiendas, restaurantes, hostales y demás. Lo primero que nos hizo ver que estábamos en otro país fue que no paraban de acercarse vendedores y guías, y de llamarte desde las tiendas, algo que en China no había ocurrido. Comentábamos que era obvio que nos acercábamos a India.
Realmente Nepal fue el primer paso hacia India culturalmente, aquí ya se mezcla la tradición budista con la hindú, se ve en los templos, en la manera de ser de la gente, en la arquitectura de la ciudad y los templos y también en la comida.
Uno de los lugares importantes de la ciudad es la plaza Durbar, repleta de edificios históricos y templos, también el Palacio Real. Era donde se coronaban los reyes y actualmente puedes pasar horas viendo pasar gente, tanto turistas como locales, y siempre puedes interactuar con algunos de ellos. Aquí es fácil también contratar guías para hacer excursiones y trekkings, por lo menos mientras te lo cuentan pasas un rato divertido.
En esta plaza pudimos ver el palacio de Kumari, que se supone que es una niña a la que eligen como la diosa del mismo nombre. Si esperas un buen rato se supone que puedes tener suerte y verla. Lo mejor es esperar a que venga algún turista con guía, y a ser posible con pinta de haber pagado bien, porque casualmente a la diosa le da por salir cuándo éstos están allí. (en la foto se ve la ventana por la que sale)

                  


 Hay muchos templos repartidos por toda la ciudad, tanto hinduistas como budistas. El templo hindú más importante es el de Pashupatinath, un centro para peregrinos y hombres santos o sadhus. En este templo se realizan las cremaciones, que se pueden contemplar desde fuera.













El criquet es el deporte nacional, se juega tanto en las calles como en los parques de Kathmandú.

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